Mi niño ya es todo un hombrecito, me emociona ver su independencia y su constante deseo de ayudar y agradar.
Me preocupa a veces la nobleza extrema de su corazón.
No quiero que nadie le haga daño.
Quisiera protegerlo del mundo por siempre, pero cada día se me escapa un poco más de las manos.
NO PUEDO PROTEGERTE
porque te estaría quitando la oportunidad de aprender a vivir y enfrentar tus propias batallas,
pero nunca olvides que siempre estaré aquí para ayudarte a levantarte si algún día caes;
para amarte incondicionalmente cuando te sientas desilusionado, para rascarte la espalda, abrazarte en mi pecho, y para recordarte el inmenso amor que te tengo.
