La mujer que yo perdi

Hola amor mio
Me cuesta trabajo voltear atrás y darme cuenta que hace 7 años empezó todo, nunca creí que una persona me pudiera volver tan loco, lo que sentía por tí me daba la energía y la motivación para hacer cualquier cosa, manejar 8 horas en carretera para irte a ver cuando aún eras niña de casa, sentir como se rompía el corazón con cada despedida que teníamos, aún sabiendo que nos volveríamos a ver la siguiente semana.

Nos vimos crecer juntos, no había nada que no pudiéramos decirnos, 24 horas al dia no eran suficientes para todo lo que queríamos hacer: jugar, platicar y reir.

Pensar en ti me hacía sonreír y escuchar tu voz exaltaba mis emociones. Desvelarse cada día platicando por chat sobre tonterías, era más importante que hacer tarea o dormir para ir a la universidad al día siguiente. Y es que cupido nos pegó tan duro que se quedo sin flechas. Nada era imposible para nosotros: ni la distancia, ni la familia, ni la edad, ningún problema era lo suficientemente grande para separarnos.

Era el hombre más feliz del mundo y mi único objetivo era sacarte una sonrisa cada vez que te tenía enfrente. Fuimos creciendo y aprendiendo juntos, mil millones de momentos se presentaron, viajes, experiencias, amistades, obstáculos, sonrisas, lágrimas, pleitos, momentos inolvidables, una propuesta de matrimonio, un anillo de compromiso perdido, vivir juntos, comer juntos, reir juntos y todo era increíble….

No sé en que momento empezamos a cometer errores, en que momento deje de verte como la única mujer en mi mundo. No supe en que punto los problemas que resolvíamos fácilmente dejaron de ser tan simples de resolver. En algún momento, sin darme cuenta, deje de hacerte reír y comencé a hacerte llorar. Sin embargo, parecía que nuestro amor era más grande que todo; no importaba todo lo que nos lastimáramos siempre nos perdonábamos, porque nuestro amor era más grande que todo: invencible, irrompible, inquebrantable… Pero hay algo que no supimos reforzar… la CONFIANZA.






Creímos que el amor era suficiente y dejamos de lado la confianza, el respeto y quien sabe que más. Y poco a poco, esa fisura que parecía inofensiva fue creciendo hasta que terminó resquebrajando todo lo que habíamos construido. Intentamos de todo para mantenerla en alto, pero al parecer yo no hice lo suficiente.

A pesar de estar convencido de que eres la mujer con la que quería compartir mi vida, mi mejor amiga, mi consejera, mi confidente, el amor de mi vida, por alguna razón no pude evitar romperte el corazón una vez más… de pronto me di cuenta que no era la primera vez, ni la segunda, ni la tercera… y lejos de hacerte la mujer más feliz del mundo, estaba haciendo justo lo contrario. Traté de cuidarte y protegerte de todo y no me di cuenta que también tenía que cuidarte de mi mismo.

Es increíble el daño que podemos hacerle a la persona que más queremos, sin tener la intención de hacerlo. Y es que la mayoría de los hombres somos tan estúpidos. Nuestro ego e instinto machista de querer conquistar a cada mujer que se nos pone enfrente nos hace cometer tantas tonterías que al final del día nos hacen caminar a casa con “la cola entre las patas”.

Te he visto derramar tantas lágrimas por mi y te he prometido tantas veces no volverlo hacer que ya he caído en la ridiculez. Nosotros los hombres siempre andamos prometiendo cosas que no cumpliremos. Ni siquiera tengo cara para pedirte perdón una vez más, de hecho el amor que te tengo me hace darme cuenta que en este punto de la vida estarás mejor sin mi que conmigo.

Algunos dicen que es madurez el pensar así; si fuera madurez no habría coqueteado con otras mujeres en repetidas ocasiones ni habría inundado nuestra relación con mentiras sabiendo que tu tienes más que suficiente para hacerme el hombre más feliz del mundo.

Tantos hombres que hubieran dado cualquier cosa por estar contigo mientras yo era el suertudo de tenerte como pareja…. Tantas veces que caminé orgulloso de tomar tu mano y al final no supe quedarme con “la olla de oro”.

Más trillado no puede ser: “No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde”. Sin embargo, yo sabía perfectamente lo que tenía (la mejor y más increíble compañera de vida que había conocido), pero no supe conservarla.

Tenía mucho tiempo que no sentía el sabor amargo de una separación, darte el último beso, desearte lo mejor en la vida y escribir esta carta ha sido de las cosas más difíciles que he hecho y como te dije una vez: “que no me veas llorar no significa que nunca lo haga”. Aceptar mi derrota y darme cuenta que no fui capaz de darte todo de mi es el único consuelo que me queda.

Duele pensar que todo lo que te enseñé y todo lo que aprendimos juntos te ayudará a hacer feliz a otro hombre. Duele pensar que tantos recuerdos, memorias y fotografías serán desperdiciadas. Duele saber que cada vez que alguien pregunte por el chico que aparece contigo en las fotos, tu respuesta será “es mi ex” o “es una larga historia”.

Pero todo esto es por ti, si siguiera siendo el hombre egoísta de antes te pediría otra oportunidad. Pero mereces intentarlo con alguien más, mereces darte cuenta si alguien más puede hacerte sentir plena.

Solo te pido un favor, elige sabiamente. Ya no eres la niña que conocí, te enseñé cómo piensan los hombres: te enseñé que al principio podemos ser lo más lindo, dulce, atento y caballeroso… podemos ser el hombre perfecto pero eso se desvanece con el tiempo y solo con el tiempo la realidad se muestra así misma; te enseñé que los hombres hacemos muchas promesas pero no siempre las cumplimos; te enseñé cómo darte cuenta de si un hombre quiere algo serio o solo te quiere para un rato… Y ahora ya tienes la madurez suficiente para saber lo que es bueno y lo que no.

Asegúrate que el próximo hombre en tu vida sea un buen hombre, lo que significa que todos tus exnovios, pasados pretendientes y/o amigos debes descartarlos, busca algo nuevo en donde nunca has buscado.





Me consuela el hecho de haberte enseñado a cuidarte sola y de no depender de nadie. Eres una mujer valiente, inteligente y capaz de hacer cualquier cosa. Se que tarde o temprano siempre estarás bien porque todo el tiempo que duró nuestra relación me dedique a que aprendieras a ser autónoma e independiente.

A pesar de saber todo esto hay algo que nunca podré prometerte, nunca podré prometer que no te volveré a buscar porque simplemente eres la mejor compañera que he tenido (por algo llevábamos tanto tiempo) y seguramente te pediré que volvamos y que estemos juntos de nuevo.

Naturalmente que la única persona capaz de juzgar si eso será posible o no eres tú. Solo tú podrás definir si he cambiado, si vale la pena volver a intentar o si te has dado cuenta que estar sin mi es lo mejor para ti.

Mientras tanto yo estaré aquí en la sombra donde no puedas verme pero siempre cuidando que estes bien, me esforcé tanto por cuidarte todo este tiempo que no puedo permitirme dejarte y arriesgarme a que algo te suceda. A fin de cuentas siempre serás parte importante de mi. Y si algún día, no importa cuando ni donde, necesitas algo… yo estaré cerca, CUENTA CONMIGO.

Finalmente solo te pido perdón por el dolor causado; con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada te deseo que nunca más vuelvas a sentirlo.

Siempre serè Tuyo 





desconozco su autor..

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